Tú, nada más.
Todos se preguntan como logro aguantarte; o más bien, porque intento soportarte. Reconozco que a veces me desesperas hasta a mi, y más de una vez me he sorprendido planteándome estas mismas preguntas. ¿Cómo? ¿Por qué tú? Eres una carcajada con los ojos cerrados, una sonrisa con los días contados. Eres el antónimo de l...