Daniel, el chico popular, rebelde, que siempre está de fiesta en fiesta con una chica diferente y no le importa nunca nada. Mandy, una chica rebelde también, que nunca llegó a enamorarse hasta que le conoció, siempre chocaban por su parecido carácter, hasta el punto de odiarse, ambos pasaron por cosas parecidas y esto les acabó uniendo un poco. ¿Serán capaces de vivir su amor o siempre van a tener obstáculos en su "relación"? Empieza a leer, descubre más y engánchate a sus vidas.

–Escúchame. Estoy de tu lado. De tu parte. Siempre lo he estado, no voy a cambiar ahora solo porque se tuerza un poco la situación. –Vale que tú lo estés. Pero ella no. Y tenemos que aceptar de una vez que nos ha abandonado. Y que al abandonarnos, nos ha dejado colgando de un hilo. Tercera temporada de Síndrome de Estocolmo

Hola me llamo Carolina, Carol para los amigos. Tengo 18 años, el pelo castaño y un poco rizado, los ojos verdes, soy muy alocada y sensible, mis tres grandes pasiones desde que era pequeña son cantar, bailar y dibujar, vivo en Albacete. Cuando tenía 14 años mi madre sufrió un accidente de tráfico en el que perdió la vida, debido a eso yo comence a bajar las notas y me refugie en la música, mi padre se refugió en el trabajo. Es un importante empresario, siempre está de negocios y nunca tiene tiempo para mi. Debido a mi comportamiento y su poco tiempo libre decidió internarme en un internado en el que hasta hace poco solo aceptaban chicos. Yo estaba en contra, no quería irme de mi casa porque para mí eso significaba separarme de los únicos recuerdos que tenía de mi madre, por mucho que me opuse mi padre no atendió a razones por lo que acabé en el Internado San Lorenzo. Allí conocí a el que fue mi primer amor y a la que durante ese tiempo fue mi mejor amiga. Por lo que mi estancia interna no fue tan mala, se podría decir incluso que fueron unos de los años más felices de mi vida.