Rompe y quiebra.
Enamorada de su desorden. De sus despertares. Enamorada del amor y odiando al mismo. Supongo que sí, y lo curioso es que generalmente no me siento orgullosa de serlo. Me quejo constantemente de las frases pastelosas y de los "para siempre". Y ahora mírame, siendo como ellos, una más que ha sucumbido a esa estúpida dro...