Varias décadas atrás, incluso antes de que Lilith llegara al mundo, su madre había cerrado un trato con un demonio. El problema comenzó cuando ella no cumplió su parte. Haciendo que una maldición le rebotara a su hija "La niña vivirá eternamente, pero habitando un cuerpo diferente cada tres días, con otro nombre y otra identidad" Pero lo peor de su maldición no era el hecho de tener que dejar todo por competo cada tres días, si no que Lilith recordaba cada una de sus vidas y algunas la atormentarían hasta el fin de los tiempos