Me gusta escribir porque entre letras no se notan mis inseguridades

- No creas que me voy a enamorar de ti, Evans. - Por favor, cariño. Tu y yo sabemos que eso ya pasó.

¿Hasta dónde puede llegar un artista para encontrar el equilibrio entre la satisfacción personal y la forma de escupir sus atrocidades pasadas? En este punto crítico donde el arte deja de ser arte y se convierte únicamente en una excusa macabra para excusar vómitos y acciones horripilantes, el psicólogo Marcus Rockefeller deberá encontrar pistas en obras violentamente estéticas para así dar con el paradero de un hombre, el cual ante sus delirios ha transformado el arte en perversión, así en su proceso peculiar de crear arte este ha convertido al cuerpo humano en su tabla de pinturas. Con todo esto el psicólogo Marcus buscará en estas manifestaciones "artísticas" el camino para descubrir la mente indefensa que se encuentra detrás de estas acciones tan perversas, pero también se dará cuenta a lo largo que conoce a su artista incomprendido que el cazador para cazar debe ser más mounstro que su caza...