Hubo Lascivia, hubo Lujuria y ahora todo se define en medio de un ardiente deseo. El mundo está en llamas y Rachel James camina de la mano del que se alzó como ganador, pero el campo de batalla clama revancha, sangre y pelea en una guerra de todos contra donde se quiere una sola cosa y es a la teniente como trofeo. El final de una pelea y el inicio de otra sangrienta, prohibida y escandalosa.

Existe una delgada línea entre el amor y el odio... Entre el miedo que te detiene de experimentar lo desconocido y ese atisbo de valentía que aparece de la nada y te impulsa a saltar... Entre el destino que te pone frente al amor de tú vida y las acciones que te alejan de él... Entre reír hasta llorar y llorar hasta sentirte vacío... Hay una delgada línea entre lo público y lo privado... Entre los besos, las palabras de afecto, las caricias y los gritos, las acciones, las mentiras y las palabras que lo destruyen todo a su paso... Entre confiar de nuevo y no hacerlo más... Entre quedarte y salir corriendo... Una delgada línea separa a dos amantes de ser completos desconocidos ... Somos una delgada línea entre aquello que nos lastima y esas pequeñas cosas que nos hacen felices, nos dan esperanza y nos hacen sentir que estaremos bien.