Entre nudos y letras
Escribir, pero con el alma.
No sabía lo que era amar hasta que se quedaron tres horas después de clase acompañándome en la biblioteca durante mi castigo, o cuando golperom mi ventana a las 2 de la madrugada porque querían arreglar las cosas, y ni hablar de las noches de miércoles donde jugábamos a ser infinitas.