¡Ámame o muere!
El rubio llegó corriendo a clases. El sensei lo reprendió y le dejó de pie en el pasillo. Su compañero Shinji, ¡el siniestro Shinji! salió del salón justo en ese momento. Se dirigía al sanitario, pero detuvo sus pasos al ver al condenado que esperaba fuera del aula. -¿Te dormiste? -Preguntó ensanchando una sonris...
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