Decir esas dos palabras no fue fácil y escucharlas cuando no se está preparado tampoco. El pasado de Brand sigue cerniéndose sobre ellos y no parece que él vaya a poder desecharlo pronto. Él no está preparado para lo que Anya está dispuesta a darle. Pero ella no está retrocediendo. Ni disculpándose por decir lo que siente.

Han pasado casi 7 meses y Ashley regresa a la universidad. Atendiendo a clases todos los días, es acompañada por Roxanna Monroe, una estudiante de medicina de 20 años. Le ha costado aceptarla en su vida, ya que su última compañera de cuarto la había engañado durante años, pero en el fondo aceptó que Roxanne era una persona muy buena. Justo cuando el año escolar está a punto de terminar, la universidad lanza un comunicado que dice que tal vez no podrán regresar a la universidad para el próximo año escolar. No ha hablado con Nathan desde ese viaje en avión, el cual juró que fue el más largo de su vida, y todo lo que tiene es una sudadera que dejó en el avión la última vez que se vieron, un recordatorio de lo que puede ser su primer y único amor verdadero. Pero, ha estado hablando con Jay, que nunca dejó su lado cuando Nathan y ella terminaron. Odiaba admitir que hablaba con él sólo para saber de Nathan, que era un poco la verdad, pero también porque Jay era uno de los amigos más íntimos de Ashley. Ella ha estado evitando todos los sitios web y shows de TV que hablan de The Wanted, ya que como ahora son famosos en América, han estado las 24 horas del día, los 7 días de la semana en cada show de farándula de los que ella sabe. Ella no quiere ver a Nathan más nunca. Sus heridas aún no han sanado. Pero es inevitable resistirse a él. Cuando el universo los une, se da cuenta de que Nathan no está solo. Lo acompaña una cara conocida, una cara conocida que desea nunca haber conocido. Ashley se encuentra en el medio de una decisión difícil: ¿salvar su universidad o mantener su orgullo?