¿Jugamos a ser novios? Libro #3 ¿Quieres ser mía? ¿El último juego? Con los planes de la boda de su hermana mayor y su inicio como universitaria, Brenda se siente presionada como para continuar con su pasatiempo de paparazzi pero aun así no dejará de hacer lo que más ama. La fotografía. Y por eso en el periódico de la universidad se ofrece a ser la fotógrafa. Pero su trabajo es tan bueno que pronto le llega una oferta de una prestigiosa agencia de modelos y aunque está tentada a rechazarlo pronto se verá incluida en ese mundo. A sus 25 años Julián siente que su vida es un asco y ha estado pensando en renunciar a su trabajo como modelo que sólo le deja dolores de cabeza pero al conocer a la traviesa Brenda, su nueva fotógrafa, considera que tal vez podría esperar un tiempo más... ¿Hasta dónde podrá llegar ese juego de palabras y miradas entre Julián y Brenda? * * * PORTADA: SofíaMar Queda estrictamente prohibida su adaptación y/o copia. *VERSIÓN SIN CORREGIR*

El pasado nunca desaparece, por mucho que nos guste engañarnos y pensar que sí. El pasado se supera, aunque para ello haya que hacer sacrificios en el presente y el futuro. Keyla Andersen, a su corta edad, es una de las abogadas más importantes del país, forma parte de una gran familia muy poderosa y teme volver a enamorarse. En su vida todo parece glamuroso, con periodistas ávidos de una exclusiva protagonizada por ella, galas benéficas, y una familia que le adora. Sin embargo, en secreto investiga el asesinato de su padre, lo que está comprometiendo la seguridad de ella y todo su entorno. William Knox, o simplemente Will, es un fotógrafo frustrado, en la ruina, y destrozado por las circunstancias, cuando conoce a Keyla Andersen, una joven que destila seguridad por todos los poros de su piel. Son totalmente opuestos, pero la pasión que hay entre ellos es inevitable, aunque apenas se conozcan. Pero, cuando el pasado gana al presente, no hay nada que hacer. ¿O sí?

Lo dejé entrar en mi vida y lo único que le causé fue dolor. Trataré de ser breve. En otra vida, sin mentiras, sin secretos dolorosos y sin un pasado que no nos permite ser felices, prometo que haremos todo lo que planeamos en esta vida, pero por ahora, soy una experta en el arte de perderlo.

La vida de Dominic Armstrong siempre había sido un tormento. Durante su infancia y adolescencia tuvo muy mala relación con su padre, presenciaba la violencia con frecuencia a causa de su alcoholismo. Regresaba a casa ebrio y lleno de ira, comenzaba a golpear a su esposa sin razón alguna. Dominic intentaba apartarlo y atacarlo de la misma manera, pero su fuerza no era suficiente para detenerlo. Ahora con sus veintiún años de edad, seguía atormentándose por lo ocurrido. Se sentía responsable de que su madre estuviera muerta, si tan sólo hubiera llegado a tiempo ese día... Todo parecía estar perdido. Sin sentido. Sin motivación para seguir. Las únicas sensaciones que estaban en su mente era la injusticia, odio y desprecio hacia la vida. Sin embargo, esta serie de palabras se opacaron cuando se cruzó con una chica en una situación, aparentemente, insignificante. O al menos eso parecía.