La desesperación por conseguir un novio ficticio llevó a Gwen Collin a tomarle una foto a un desconocido y hacerlo pasar por su novio. Ella creyó que no habría problema con mostrarle la fotografía a sus amigas, pero no contaba con que éste fuese el chico más inteligente del instituto vecino. ACLARO que esta idea surgió del anime 'Ookami Shoujo to Kuro Ouji' pero el desarrollo es muy distinto y es totalmente escrito por mí.

Cuando la conocí ambos teníamos dieciséis años, éramos unos simples adolescentes que por asares del destino juntaron sus caminos, éramos inexpertos, éramos soñadores. Al principio la vi como a una simple amiga, con el paso del tiempo me fui dando cuenta lo mucho que ella significaba para mí.¿Cómo era ella? No era muy alta, tenía su cabello largo y rizado de las puntas. Pecas adornaban su rostro, al igual que una amplia sonrisa. Era algo floja, no muy inteligente y siempre prefirió pintar, dibujar o bailar antes que leer o hacer sus deberes. Era muy parlanchina y nunca se le dificultó hacer amigos. ¿Cómo era yo? Era un adolescente retraído, prefería encerrarme en los libros antes de entablar conversaciones con las demás personas, en simples palabras, era un ratón de biblioteca, el típico nerd que todos molestan. ¿Polos opuestos? No lo dudo, pero como dicen: "Los polos opuestos se atraen".Ella estaba sola en el mundo, le prometí siempre estar a su lado, cuidarla y amarla, pero con el tiempo fallé a mi promesa, ella se entregó por completo, estuvo en cada momento en que me sentí desfallecer y me acogió en sus brazos, consolándome sin medida. Fui su primer beso, su primera caricia, el primer hombre en su vida y al final, fui su primer amor. Ella también fue todo eso para mí, pero siempre se entregó de más, quizás ese fue su error, vivir sólo para mí. ¿Cuál fue mi error? No darme cuenta de lo que ella valía, no entregarme como ella lo hizo y sobre todo, no ir a buscarla cuando se fue.