TERMINADA✔️ ¿Crees en las casualidades? Bella no creía en ellas, al menos, hasta que descubre que está embarazada. Desde ese momento una serie de acontecimientos le hacen cambiar de opinión y es que no es normal que tu novio trabaje para una empresa de moda, que su jefe sea el hombre que conociste hace unos meses ni que él te quiera como su secretaria. O algo más. Oliver ha vivido despreocupado del mundo adulto toda su vida, pero el testamento de su padre pide que madure si quiere dirigir la empresa familiar. ¿Qué quieren que haga? ¿Boda? ¿Hijos? Nunca lo contempló hasta que contrató a una nueva secretaria. Y, ahora, no puede sacárselo de la cabeza. Un romance adictivo y prohibido, donde dos corazones han latido en la misma frecuencia desde que se conocieron. Pero, ¿cuándo realmente lo hicieron? Si quieres conocer las respuestas de estas preguntas, lee esta novela. Promete ser diferente, ¿lo conseguirá? Libro I: Trilogía Millionaire. #13 en Amor (02-11-22)

¿Que pasaría si amaneces al costado de un hombre al que nunca haz visto en tu vida y que cuando le pides explicaciones te dice que no digas de lo sucedido a nadie que hagas como si eso nunca hubiera pasado? Pues sí eso le paso a Clarissa nuestra protagonista una chica de 22 años que recién empezaba a abrirse camino por si sola cuando una noche de borrachera le cambio su vida por completo al quedar embarazada ¿pero que pasa si él quiere volver a la vida de Clarissa y a la de su bebé? ¿Clarissa le perdonara o preferirá al nuevo chico que conoció y que a pesar de sus diferencias le ha apoyado mucho? Aquí les traigo una hermosa historia llena de amor, diversión, celos, enojo, odio, triángulos amorosos, arrepentimientos y un montón de momentos que te harán disfrutar de esta historia. Acompaña a Clarissa y a Emma, su bebé, en busca de su felicidad.

"Jefe, quiero un hijo suyo" Sí, sé que no es lo mejor para decir cuando conoces a tu jefe por primera vez, pero ¿Qué culpa tengo yo de que él tenga unos genes tan buenos? Si él no fuese tan imponente, sexy y atractivo mi fiebre no me habría hecho actuar así, pero no, tiene que ser el hombre más impresionante que he visto en la vida. Y claro, va mi fiebre y se alía con mi libido gritándome a medio pulmón que me estoy haciendo vieja, que ahora que acabo de cortar con mi prometido, por haberme puesto los cuernos en mi propia cama, me llenaré de arrugas y viviré sola con 40 gatos y dos periquitos con complejo de Romeo y Julieta: Se muere uno, se mata el otro. Y eso no puede pasar. No, No. Me niego. Mi sueño siempre ha sido ser madre joven, mi primer hijo tiene que nacer antes de que yo cumpla 27, es decir, que tiene que ser fecundado en 3 meses. ¡Imposible! Me grita la Grecia inteligente. ¡Genes increíbles a estribor! Contesta la Grecia febril. Y decidme ¿Qué otra cosa podía hacer yo al ver esos genes hechos para mis hijos a menos de 3 metros? ¿No me odiarían mis hijos si no tienen consigo esos genes para ellos y se enteran de que fue por culpa mía, porque no me atreví a luchar por los genes que se merecían? ¿Qué pasa si mi hija tiene una nariz enorme o tiene facilidad para engordar al comer helado por mi culpa? No podía ser, asique cuando me habló y mi yo febril tomó el control, solo pude ser sincera. Jefe, quiero un hijo suyo. Vaya sorpresa me llevé cuando, en vez de mirarme por encima del hombro, ignorarme y congelarme con la su fría mirada como supuestamente el CEO "No estás a mi altura, así que ni te hablo, ni te miro" haría, aceptó. Aunque no me desmayé hasta que, sonriéndome de manera arrogante, dijo que una de las condiciones sería engendrar a nuestro hijo por el medio tradicional: Teniendo sexo. ¿Quien dijo que yo era gafe? El futuro lo dirá, nena