Comencé a escribir porque me daba miedo mostrar quién era en realidad. Me escondía tras mis letras sin dudarlo, buscando la manera de evitar que se notara lo que sentía, lo que pensaba, lo que realmente soy. Así, sin darme cuenta, nació en mí un género hermoso: escribir desde el alma. Un lenguaje que terminó cambiando mi vida. A quienes creyeron en mí desde el inicio, les agradezco con el corazón. Y para quienes aún no me conocen -o ya me han leído sin saber quién soy-, hoy quiero mostrarles lo que ha logrado una chica simplemente anónima, en tan solo un año. Ese año donde no publiqué páginas visibles... porque estaba guardando lo mejor para este momento. Hoy, sin exagerar, ya no tengo miedo del qué dirán. Estoy lista para contar la historia real.