- Louis Tomlinson. – saludó con un asentimiento ligero de cabeza – mi nombre es Harry Styles, esta noche voy a derrotarte, y serás mío. -¿Estás loco? Tú eres mío, no voy a permitir que nadie más te ponga una mano encima. ¿Sería capaz de tomar a Louis en su actual condición? Después de todo le había prometido al castaño que jamás le forzaría, que lograría que él mismo le rogara el hacerlo suyo?. #507 in Hombres Lobo / 25/08/15

Dónde Louis es un omega invidente y Harry su alfa protector.

¿Qué pasaría cuando un joven lobo candidato a ser el alfa cree haber encontrado a su compañera y darse cuenta de un gran problema? ¿Cuál sería dicho problema? Durante las vacaciones de invierno, Louis Tomlinson captó de nuevo un delicioso aroma embriagante mientras merodeaba por el bosque, un aroma tan dulce que penetró sus fosas nasales volviéndolo loco y no estaba dispuesto a perderle otra vez. Siguiendo el rastro se encontró llegando a una casa al lado del bosque. En el cobertizo de está; una joven con chamarra morada y gorro de oso se encontraba dibujando en el cobertizo de la casa. Tenía unos hermosos ojos color verde esmeralda, unos labios carnosos y rosados. Pero al frecuentar la casa escondido entre los arbustos se dio cuenta de un problema...No era una ella sino un él.

Louis está en su camino a un encuentro cuando un cierto chico con rizos color chocolate y sin hogar llama su atención, tanto que le da su abrigo para que se proteja. Él no esperaba ver al chico nunca más, pero el destino quiso dar unas vueltas, haciendo que las vidas de los dos se encontraran una, y otra, y otra vez. * Nota: esta historia no es mía, todos los créditos van a la autora original. Novela original (inglés): http://cheekiestcheeky.tumblr.com/lh

—Treinta , solo dame treinta días y lo conseguiré —dijo Harry con la sonrisa llena de triunfo. Rodé los ojos y me puse de pie , sacudiendo mis jeans, él también se puso de pie. —De todas maneras no lo conseguirás en treinta días .. Tampoco en cien o en quinientos simplemente nunca pasará —dije yo. Subí hasta el tercer escalón cuando su grito me detuvo. —¡Lena! , ¡Espera!— gritó . Me giré y lo miré atenta—¿Quieres hacer una apuesta de eso?—preguntó con la sonrisa picara y extremadamente sexy que lo caracterizaba.