Lista de lectura de andrea___montero
3 stories
Hablemos de Sexo e Ignoremos el amor. {Versión corta}(TERMINADA) by EchoHelicon23
EchoHelicon23
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Version corta de Lisa Rejinos. La jefa siempre conseguía lo que quería. Su poder era ley, y su crueldad, un hábito pulido. Cuando la empleada nueva llegó, tímida pero firme, ella la olió como quien reconoce una presa fácil. La subestimó, la exigió hasta quebrarla, la dobló entre órdenes y silencios que dolían más que los gritos. Pero la empleada no se rompió. Y ese fue el primer error de la jefa... y su primera obsesión. Entre noches de trabajo, whisky caro y promesas casi amenazantes, nació algo torcido: un deseo disfrazado de castigo, un vínculo prohibido donde una mandaba con frialdad y la otra aprendía a resistir... demasiado bien. No era amor. No todavía. Era un juego de poder que empezaba a cambiar de dueño. Y ninguna de las dos estaba preparada para lo que vendría después.
BLAKE by milanolivar
milanolivar
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TODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. Riverwoods no era un pueblo normal, ni siquiera su instituto lo era. No era el quarterback el que se llevaba a las chicas de calle, ni el que provocaba suspiros, era una chica; Blake Danvers, y no, no era la quarterback, era la running back del equipo de fútbol. Blake Danvers, ese era el nombre que perseguía a Veronica desde que llegó a Riverwoods. Lo que Veronica no sabía era el misterio que se escondía detrás de aquél pueblo normal y, aparentemente, tranquilo. Lo que Veronica no sabía era que aquél 13 de octubre la leyenda del pescador se haría realidad.
Mi Verdad, Lisa Rejinos. {En proceso} by EchoHelicon23
EchoHelicon23
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Version extendida de la vida de Lisa Rejinos, el principio de todo. Antes de ser la jefa que todos temían, ella fue solo una niña que aprendió demasiado pronto que el cariño no tiene lugar en las casas donde el dinero manda más que la sangre. Su madre era una mujer impecable, elegante hasta en la crueldad. No golpeaba, no gritaba. Enseñaba. Enseñaba con silencios que pesaban, con miradas que humillaban, con exigencias imposibles disfrazadas de amor. Cada error era una vergüenza. Cada acierto, apenas suficiente. Crecer allí fue comprender que el afecto era una moneda que nunca estaría a su alcance. La empresaria aprendió a observarla como quien estudia a un depredador para no convertirse en su presa. Aprendió sus pasos, su tono, su manera de conseguir lo que deseaba sin doblar la voz. Aprendió que el mundo respetaba solo a quien no mostraba debilidad. Y lo adoptó como ley. Para cuando cumplió dieciocho años, ya sabía manipular estadísticas, voluntades y oportunidades. Sabía sonreír sin sentir, sabía ganar sin perder tiempo en celebraciones. Sabía sobrevivir. Lo que no sabía era querer. Años después, ya convertida en la mujer que todo el mundo obedecía, seguía escuchando la voz de su madre en cada decisión: No te detengas. No confíes. No te entregues. Era una filosofía tan helada que terminó por congelarle el alma. Fue esa vida dura, ese molde cruel, lo que la convirtió en la jefa que todos temían. La que pisaba fuerte, la que no dudaba, la que no cedía. La que torturaba con elegancia... porque era lo único que había visto desde niña. Y quizás por eso, cuando apareció su futura empleada -tan diferente, tan viva, tan ajena a ese mundo de exigencias sin piedad- algo dentro de ella se astilló. No lo entendió entonces, pero aquel quiebre sería el inicio de todo lo que vendría después. Porque nadie escapa de lo que fue enseñado. Solo aprende a disfrazarlo.