Todo comenzó solo como un juego, una distracción... Pero como dicen por ahí, toda acción tiene consecuencias. Si, es cierto, me enamore, y cuando quise darme cuenta todo se me estaba yendo encima.

Emily, la culpable de mis descontroles tanto en mis pensamientos como en mi vida. La culpable de hacerme creer que todo es posible y que demasiado es un abuso, que la felicidad se puede buscar en otra persona que no seas tú misma. La culpable de que me enamore de ella, hay una sola. Y es Emily Anderson, mi vecina. Quien me hace creer que existo para alguien por primera vez en mi vida. La culpable de estar aquí sentada escribiendo mientras ella está con otra persona. La culpable de crear la frase "Si la amas no la dejes ir, pero si su felicidad no es contigo sino con alguien más, entonces deja que se vaya para que sea feliz". La culpable es Emily.