SECUELA DE BESTIA. "¿Vas a amarme aún si me convierto en un monstruo?"

¿Qué puede desear más el futuro rey, el trono o a esa mujer? Registrado en Safe Creative bajo el Código de registro: 1802285905396 Me abstengo de permitir adaptaciones. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Todos los derechos reservados. ©2014, Lizbeth López #4 en Romance (25-diciembre-2015) ❤

"¿Tienes miedo a morir?" Hell y Kiara creen haber alcanzado el paraíso. Un año en las costas españolas y la clara imposición de una nueva Familia más fuerte, más joven y más peligrosa. Nada les impide volver a Estados Unidos y reclamar su trono en el mundo del narcotráfico. Nada a excepción de los carroñeros que se han ido abriendo paso entre los restos de los Capobianco. Hell tiene muy clara una cosa, y es que no piensa dejar que todo por lo que sus padres lucharon se derrumbe. No cometerá los mismos errores que DD. No permitirá que nadie vuelva siquiera a intentar engañarlos. Pondrá orden en el nuevo y caótico mundo de las Familias, y lo hará mediante el miedo. Pero hasta el más fuerte puede caer.

IMPOSSIBLE Hay veces, en las que estamos demasiado ciegos para ver lo que va a pasar, simplemente queremos hacer lo que nos dicta el corazón... y al final nos acabamos estrellando. Despiertas, te das cuenta de tu error y te odias a ti misma por haberlo cometido. Pero la clave está en aprender de él y seguir adelante. Porque al fin y al cabo, nadie va a hacerlo por ti. Cuando tienes a la persona que más quieres contigo, el amor te golpea de una manera que te deja completamente ciega. Ese sentimiento que te hace sentir todo con tanta fuerza que parece que te cuesta respirar de la emoción que sientes. Te trae felicidad, te trae nuevos sentimientos nunca encontrados, alegría, sonrisas... Cuando miras a esa persona, sientes algo en tu pecho que te hace emocionarte por mirarle a los ojos y darte cuenta de que está contigo. Pero... ¿Que pasa cuando eso se acaba? ¿Que pasa cuando el amor te deja? Sientes vacío en tu interior. Sientes dolor. Desesperación por hacer que ese vacío se llene de nuevo. El amor, te golpea y se va, dejándote herido, sin saber que hacer, porque estás perdido. Entonces, intentas mostrar que todo va bien, hacerle ver a la gente una sonrisa que no existe y no es verdadera. Porque cuando las cámaras te dejan, todo se viene abajo. "Y lo que más duele es darte cuenta de que lo único que te importaba se ha ido de tu vida... y no sabes como recuperarlo. O si algún día lo recuperaras." -Impossible #BieberAwards2017

"Jefe, quiero un hijo suyo" Sí, sé que no es lo mejor para decir cuando conoces a tu jefe por primera vez, pero ¿Qué culpa tengo yo de que él tenga unos genes tan buenos? Si él no fuese tan imponente, sexy y atractivo mi fiebre no me habría hecho actuar así, pero no, tiene que ser el hombre más impresionante que he visto en la vida. Y claro, va mi fiebre y se alía con mi libido gritándome a medio pulmón que me estoy haciendo vieja, que ahora que acabo de cortar con mi prometido, por haberme puesto los cuernos en mi propia cama, me llenaré de arrugas y viviré sola con 40 gatos y dos periquitos con complejo de Romeo y Julieta: Se muere uno, se mata el otro. Y eso no puede pasar. No, No. Me niego. Mi sueño siempre ha sido ser madre joven, mi primer hijo tiene que nacer antes de que yo cumpla 27, es decir, que tiene que ser fecundado en 3 meses. ¡Imposible! Me grita la Grecia inteligente. ¡Genes increíbles a estribor! Contesta la Grecia febril. Y decidme ¿Qué otra cosa podía hacer yo al ver esos genes hechos para mis hijos a menos de 3 metros? ¿No me odiarían mis hijos si no tienen consigo esos genes para ellos y se enteran de que fue por culpa mía, porque no me atreví a luchar por los genes que se merecían? ¿Qué pasa si mi hija tiene una nariz enorme o tiene facilidad para engordar al comer helado por mi culpa? No podía ser, asique cuando me habló y mi yo febril tomó el control, solo pude ser sincera. Jefe, quiero un hijo suyo. Vaya sorpresa me llevé cuando, en vez de mirarme por encima del hombro, ignorarme y congelarme con la su fría mirada como supuestamente el CEO "No estás a mi altura, así que ni te hablo, ni te miro" haría, aceptó. Aunque no me desmayé hasta que, sonriéndome de manera arrogante, dijo que una de las condiciones sería engendrar a nuestro hijo por el medio tradicional: Teniendo sexo. ¿Quien dijo que yo era gafe? El futuro lo dirá, nena