"Minho voy a casarme" Menos de cinco palabras fueron necesarias para destruirlo por completo. Ahora Minho tendrá que ver como el amor de su vida se casa con alguien más, o lo detendrá a tiempo? Soy pésima para esto pero, pero lo demás esta mas decente lo prometo xD Típica historia en la que uno se casa porque me encantan los clichés y el angst.

Taemin es un estudiante de instituto de 17 años que vive preocupado solo de disfrutar el día a día, todo estaba bien hasta que aparece frente a sus ojos un Dios del sexo, de piel morena y piernas largas que pone de cabeza su tranquila vida. Minho, con 29 años recién cumplidos, estaba cumpliendo el sueño de su vida, abrir su propio negocio de jardinería, y no tener que trabajar para un jefe nunca más...la vida era muy buena...claro, hasta que un mocoso mal criado se cruzó en su camino y todo se puso patas para arriba. -Tú...tú...qui...quién...eres... -titubeé como imbécil ante el desconocido. -Mierda...me recago en la puta... -lo oí murmurar por lo bajo.- Lo siento, niño, ya moveré mi "cacharro" del camino de su majestad. "No...puede...ser...no hay forma de que este dios del sexo que tengo en frente sea el mismo con el que discutí el día de ayer...es que no es justo!...la vida no puede ser tan injusta, no me puede estar pasando esto a mi..." -Tú....digo...usted....es...el señor Choi... -pregunté pareciendo retrasado mental. -Claro, quién más... -respondió con brusquedad.

Un pequeño lío amoroso, en donde Minho es alguien indeciso. Salía con Taemin, hasta que conoce a alguien más. Años después, al mirar por la ventana del restaurante donde está celebrando el cumpleaños de su novio, logra ver que en la cafetería de enfrente, un chico pelirosa, con la misma complexión de Taemin, abraza amorosamente a su novio... ¿Las predicciones que Taemin le hizo sobre la vida que estaba llevando serán ciertas? ¿Por qué ha vuelto a recordar cada noche que pasó junto al pequeño que parecía tener más madures que él mismo? 2min

Próximamente: La conexión especial que hubo a primera instancia, la manera en que ambos no pudieron olvidar el rostro del otro, la insistencia. Era una locura el querer pintar su rostro, más cuando no podía recordarle como el rostro de los demás, pero Taemin necesitaba verle constantemente para poder saber que estaba haciendo bien su trabajo. Minho sólo había aceptado, para poder descubrir qué era lo que tanto le atraía de la ambigua belleza que poseía el joven pintor. Simplemente se fueron envolviendo, poco a poco, sin saber que estaban más que destinados a no estar juntos.

Taemin respiraba entrecortadamente, Minho lo tenía agarrado por las manos y no dejaba de repetir ese salvaje acto. -Minho...por favor...detente...estamos ensuciando todo...el cuarto.- Taemin rogó por clemencia. -No te preocupes, tiene arreglo.- La lasciva voz de Minho negaba detenerse. Los celos tienen un precio, y Minho quiere cobrarlos

«Siempre te he observado y, ¿Sabes cuántas veces he pensando en ti…? ¿En cómo sería… sí nos conociéramos de verdad?»