Toby no estaba loco. Si Marcel hubiera conocido las consecuencias de visitar el pozo aquella extraña tarde de verano, sin dudas lo habría esquivado como a la muerte. Después de aquel día se volvieron taciturnos y melancólicos. Marcel tenía una vaga idea de lo que pudo haber sucedido... era muy perversa, tanto, que nadie le creyó. Tuvo que pasar algo, después de muchos años, para que dieran crédito a sus palabras.

¿Alguna vez creíste en la fantasía y la magia que tienen los cuentos de Hadas?, De seguro responderás que "Sí" pero tal vez no lo haz vivido, ni haz luchado por mantenerte en él. Cada día descubriremos nuevos personajes místicos, nuevas leyendas e historias ocultas en el mundo de Phantacea, un lugar remoto, no conocido y jamás nombrado, ¿Crees que existe?, yo si creo que es real. ¿Me acompañas?. Magia y Hermandad, a mi me ha tocado vivirlo, aún no puedo diferenciar si lo que me ha sucedido ha sido parte de un sueño o es mi realidad, pero lo que si es real para mi ahora es el amor, pero no sé en quién confiar, no todos son lo que parecen, ¿qué no puedo ser normal?. Te invito a formar parte de mi vida en Phantacea. Prohibida su distribución de modo comercial, copia o extracción de la información que se encuentra en la siguiente obra sin autorización del autor. *Registrado con el código:1606258214092 Copyright© 2016

Cuando crees que todo está perdido y no tienes fuerzas para seguir luchando, aparece un ángel, el cual, con solo mirarte, consigue que desees vivir un poco más. Pero, ¿y si ese ángel no puede ayudarte?

-No me toques.-Se abrazó a sí misma de nuevo, echándose hacia un costado y logrando que la mano de James quedara en el aire. Sonrió de nuevo, y una vez más, colocó la palma sobre la escuálida pierna de Josy. -¡Basta, te he dicho que no me toques con esa mano! Josy se la retiró de nuevo. James sonrió y cambió de mano. Josy se la apartó también y soltó un bufido de rabia. -¿Con esta tampoco puedo? -¡Tú...Agh, no sé como estoy soportándote!-Subió ambos pies sobre el asiento y con la ancha campera Nike se cubrió entera. Ya no había muslo por tocar.

Han pasado diez años desde que mi madre decidió darse por vencida. No quiso luchar por su familia. Nos dejó a papá y a mí solos, preguntándonos qué hicimos mal... El día que murió no sentí ningún dolor y a día de hoy solo siento odio hacia ella. Si, llamadme bicho raro o mala persona, pero nadie tiene ni idea de cuáles fueron las causas por las que mi madre prefirió dejar de luchar. La odio, la odio por el dolor que nos causó a mi padre y a mí. La odio porque su dolor era el nuestro. La odio porque me culpó de su enfermedad y la odio por pensar que su historia la salvaría y lo único que hizo fue destrozarla a ella y a nosotros.