bealeiva
Hace más de setenta años, Adrian Troadec vio a una chica salir de una clase
de música. Dos guerras mundiales después, aún funciona la fábrica de
chocolate que abrió para conquistarla.Sabor a chocolate es una sinfonía
incompleta de amor y sueños. Una novela tan intensa y adictiva como el
mejor chocolate.
A todas las generaciones
anteriores a la nuestra,
que con su trabajo y esfuerzo
consiguieron que llegáramos a existir.
Agradecimientos:
A todos los que salen
nombrados en esta obra.
«Todo jugar es un ser jugado.»
«El misterio divino de la vida es su sencillez.»
HANS-GEORG GADAMER
Verdad y método. 1960