Era un día normal, de esos días que te preguntas ¿Qué hago yo aquí?, pff la rutina me enundaba, solo deseaba que llegara un día en el que todo fuera diferente, algo que repentinamente hiciera cambiar todo. No podía más, solo con recordar ese rostro escalofriante se me ponía la piel de gallina. Ese rostro que se clavaba en mi mente y me daba dolor de cabeza... Pero era imposible. Todos esos recuerdos se habían plasmado en mi cabeza de una manera terrorífica. Cada día era más difícil hacer mi vida normal, cada día que pasaba notaba como todo de mí iba cambiando... ¿Qué me había hecho? Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo no lo dudaría ni un segundo.