Ella es una chica con una personalidad propia solo de ella es divertida y antisocial a la vez, es una chica a la cual temen nunca quiso esa reputación pero la ha ganado, los que no la conocen dicen que es cruel y fría con los demás cuando enrelidad no lo es , ella es Ángela que no les engañe su nombre puede verse como un ángel pero no lo es... completamente. Él es un chico divertido y amable un chico popular con una hermosa sonrisa, él capitán del equipo de baloncesto un buen jugador, un chico admirable y envidiado por otros pero a él no le importa lo que digan de él, su vida llena de felicidad una vida perfecta, él es Edward. Él y ella con vidas diferentes con personalidades diferentes nunca se han visto pero un giro de 90° lo cambiara todo. ¿Podran estar juntos? Y los mas importante ¿Podran soportarse?

"Ella sólo compraba galletas para que él se las robara."

❝No entiendo por qué te quiero, si tú odias el café.❞ Libro completo solo disponible en Amazon en formato físico y digital. Un camarero, a manera de versos, narra la historia de cómo comenzó a sentirse atraído por una de sus clientes, quien todos los días concurría a donde este trabajaba para consumir un café en silencio, escondiendo muchos secretos por revelar. Hasta que todo se torna una primavera agonizante que pronto acabará en una obsesión meliflua, rumbo a marchitarse. Una metáfora dulce que conduce por destino natural a la muerte de todas las flores que alguna vez fueron bellas. Ganadora de Los Premios Watty 2015 en la categoría "Las favoritas de los coleccionistas." Historia publicada por primera vez el 02 de diciembre del 2014 y concluida el 02 de diciembre del 2015.

-¿Qué quieres de mi Eric? Te lo he dado todo-le grité fríamente y sin mirarlo, ni girarme- Me he entregado a ti, te he dado mi tiempo ,mi alegría, mis risas, mis llantos, mis sueños e incluso mis secretos-sentía un gran nudo en mi garganta que apenas me dejaba respirar-Ya no tengo nada más, déjame en paz-le pedí llevando mis manos a mi cabeza. Él se acercó a mí, no retrocedí, pero tampoco lo miré. -Ma belle yo...-dudaba, se pasó la mano por el pelo nervioso, como si se lo estuviera peinando aunque como siempre, lo único que consiguió fue alborotarlo más. -¿Qué más quieres?-susurré atorada por mis propios sentimientos. -Quiero darte un beso.

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