"- ¿A que se refieren?. - No hay otro niño ____. ¡Bienvenida a la Urie!." "- Soy Gerard Way.- dijo estirando su mano sonriendo. - Soy ______ Urie.- respondi para tomar su mano y sacudirla, mientras sonreia." Todos los derechos reservados.

Ella era solo su ayudante y aprendiz, pero en algun momento el aprendiz supera al profesor ¿no?

¿Que hubiese pasado si Carrie White nunca hubiese estado sola? Hubiese tenido una amiga que la defendiera, que salvara su vida esa horrible noche. Una amiga que le mostrara lo hermosa y especial que era, que le dijera lo mucho que valia, que la defendiera contra su abusiva y loca madre.

- ¿Me recuerdas?.- ella negó. - Se que te conoci y que ocurrio algo entre nosotros solo es que...- suspira frustrada.- Todo es tan confuso, trato de recordar pero no puedo. - ¿Me prometerias algo?.- ella me miró atenta. - Prometeme que me recordaras.- ella sonrio ante mi peticion. - Pero tu tambien debes prometerme algo.- dijo acariciando mi mejilla, su tacto erizó mi piel, hace mucho tiempo no lo sentia. - ¿Que?.- pregunte curioso. - Prometeme que me enamoraras otra vez.

Mayra Kaplan. Ella era una chica inocente. Brendon Urie. El era un criminal. One Shot.

La casa de los asesinatos esta completamente abandonada, Marcy ya se dio por vencida con su venta, los fantasmas buenos que viven dentro de ella están en tranquilidad al saber que nadie los molestará en su eternidad pero los malignos aún buscan venganza. Hope, una chica huérfana de 16 años, que ha llegado a California por sus propios medios. No tiene un lugar al cual llamarle hogar, esta sola. En una noche de horrible frío, encuentra refugio en esa hermosa gran casa abandonada. Sin saber su historia se adentra, convirtiendola en la salvación de todas esas almas en pena. - ¿Quien en su sano juicio desperdiciaria un lugar así?