Mi futbolista.
Sí, otro lunes asqueroso. Mis ojos viajaban a través de la ventanilla del autobús en trayecto hacía la escuela. Mis párpados se cerraron. El silencio que abundaba era porque él, estaba aquí. El futbolista más popular y malo que había en esta escuela estúpida. Y yo lo amaba. En secreto. Y mucho.