La maldición de Casiopea
Año 73 d.C. Tras la muerte del emperador Nerón, mi deber era seguir las órdenes de mi padre y General, que tan despiadadamente me había rechazado. Me mandó regresar a Roma, y así hice desde Judea. Recuerdo a las gaviotas, deseosas del pescado que reposaba en la bodega de los barcos. Es una de las pocas cosas que recu...