Cuando los demonios se enamoran entre sí.
—Era hermosa. —Ese color grisáceo no es tan hermoso, Tadeo. Reacciona. —Hubiera sido capaz de perder mis alas, con tal de tenerla conmigo. —Te estás comportando como un loco. —Loco, sí. Pero por ella. —Aghhhh, aquí vamos otra vez...