Te prometo que ahora estoy bien. © PICAFL0R, 2015.

Contradicciones, adicciones, metáforas, estrellas y lluvia, todo en una misma persona.

Si nunca fuimos nada, ¿por qué las lágrimas adornan mi rostro en mis noches de insomnio?

Una noche cualquiera, por capricho del destino, un joven llamado Tate acude a un espectáculo en el misterioso Cabaret La Tragédie. Allí conocerá a Lissette, una bailarina algo solitaria, y al resto de sus compañeros. Y, para bien o para mal, también descubrirá el oscuro secreto que encierra el cabaret y sus empleados… Una vez dentro, no hay vuelta atrás...

❝Simples cartas de un simple chico enamorado.❞ arte: Casino por Joan Mitchell, 1956

Tú fuiste el que más me costó entender. Aún me pregunto si te llegué a conocer realmente.

A. nunca ha salido de Asturias. Y Pinkie lleva Nebraska a cuestas. Ambos adolescentes se sumergen en una relación de amor en la que ella aporta el desequilibrio mientras él trata de que ese pequeño milagro no se le escape. Pero Pinkie es un pájaro. Y los pájaros emigran en invierno.

❝Simples cartas de una simple chica suicida.❞ arte: El gran vals por Camille Claudel, 1889-1905

Veintidós segundos son los que puedes aguantar bajo el agua, lo que puedes tardar en correr trescientos metros, los que puede durar un anuncio, los que puedes tardar en ponerte una camiseta, lo que puede tardar un coche en arrancar, lo que tardas en servirte una taza de café, lo que tardas en doblar un mapa y miles de cosas más. En veintidós segundos, todo puede cambiar. Veintidós segundos pueden llegar a ser decisivos. Veintidós segundos pueden cambiarlo todo. Veintidós segundos.

Querido J: nunca hubo un nosotros. Aún así, te contaré nuestra historia. Una historia que para ti es desconocida.