Entre paréntesis
No saber qué estaba pasando era el lema de nuestra amistad. No hablar de ello, el segundo. Es que no haberlo puesto en palabras en ningún momento nos ubicaba en una suerte de trance, difícil de explicar pero fácil de sentir. Y ambos parecíamos haber aceptado el trato sin cuestionarlo: de alguna manera, eso lo hacía má...