Guillermo, estando al cuidado de sus tíos, decide escapar de casa para sumergirse a las oscuras calles de Madrid. Sin saber cómo sobrevivir y mucho menos defenderse se involucrará en diferentes hechos con un peculiar "grupo". El juego de la Ruleta Rusa tendrá un significado un poco distinto y personal.

Cuenta la leyenda, que hace cientos y cientos de años, los dioses decidieron darle un pequeño regalo a los mortales; un pequeño regalo de amor que sería recibido por algunas parejas afortunadas... A veces algunos regalos se convierten en maldiciones. *ESTA HISTORIA NO ESTÁ EDITADA NI CORREGIDA, ES UN BORRADOR* © Todos los derechos reservados Cecilia Vlinder 2016

Cuando Vegettagaymer entra al mundo real, Samuel y Guillermo se ven en una serie de problemas y "aventuras" que nunca imaginaron tener. Al igual que discusiones y momentos de suspenso, misterio, comedia y romance.

AU/+18~ ATENCIÓN: Este fic puede tener escenas de gore, violencia y violación. La ciudad de Guillermo es muy peligrosa, por lo menos en las noches cuando las monstruosas criaturas aparecen y siembran el caos entre los vivos. Una molestia para él, y un reto luego de que debido a una emergencia deba abandonar su hogar en medio de la madrugada. Un error que lo llevará a toparse con una bestia feroz y voraz que no se quedará con las ganas de solo verlo huyendo por la calle de vuelta a casa.

Erik Hastings era el chico perfecto en todos los sentidos. Siempre que le preguntabas a alguien sobre él te decía lo mismo. Erik es amable, disciplinado, deportivo, amistoso, listo, atento, atractivo y tiene montones de amigos y a todas las chicas de su instituto enamoradas. Y es que nada podía ir mal en la perfecta vida del perfecto Erik, excepto por una cosa... Un día, al final de clases, Erik encuentra una carta sobre la mesa de su escritorio. Lo único que la distinguía de una carta normal era el sello en forma de corazón rojo y la letra que estaba escrita a ordenador. Lo que parecía ser al principio una carta de amor en la que alguien le confesaba su amor anónimamente había resultado ser todo lo contrario...