Lista de lectura de BleidysNouel
5 stories
6. tu y yo by MariaCamilaGarzonBar
6. tu y yo
MariaCamilaGarzonBar
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RELATO UNO Thiago Bossi & Chiara Gabbana RELATO DOS Alex de Rossi & Daniela Ferro RELATO TRES Valerio Gabbana RELATO CUATRO Diego Gabbana & Eric Albori
5. Mafia by MariaCamilaGarzonBar
5. Mafia
MariaCamilaGarzonBar
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Miré a Sarah y leí sus labios. <<Huye. >> Y podría haberlo hecho. Era el único de los dos que gozaba de esa oportunidad. Pero no era egoísta, no estaba creado para abandonar a alguien que me importaba. Mucho menos cuando lo había prometido. Por eso me quedé muy quieto, saboreando el regusto amargo de la traición más inesperada mientras valoraba las posibilidades que teníamos los dos de salir de allí. Resultaba muy irónico que aquel aeródromo privado en Civitavecchia fuera tan espacioso y sin embargo siquiera pudiéramos movernos. Quizás tenía que ver el hecho de que nos había rodeado un séquito de diez hombres. Uno de ellos había capturado a Sarah y dos más me apuntaban con un arma sabiendo que sus compañeros no intervendrían, pero lo harían si fuera necesario. No venía al caso, pero me sentí poderoso. Si mi padre había necesitado de refuerzos para capturarme seguramente se debía a que me consideraba bastante habilidoso. Apreté los dientes. Alessio Gabbana dio varios pasos al frente con lentitud. La oscuridad que resaltaba casi parecía una extensión perversa de su sombra. -No vas a dejar esta ciudad. -Señaló la puerta de su coche-. Y ahora obedece, hijo mío. Joder -¿Por qué? -Quise saber creyéndome una autoridad que no sentía. -Deja que me ahorre las explicaciones. Resoplé una sonrisa y negué con la cabeza conteniendo unas estúpidas lágrimas que amenazaban con caer. Aquello era surrealista. -Resulta que en la mafia un hombre si puede traicionar a su sangre, ¿no es así? -murmuré notando como mi fuero interno se desgarraba. Alessio asintió con la cabeza, pero no pareció que me estuviera dando la razón. Sino más bien fue un gesto de altivez. Quería demostrarme que no le importaban mis palabras. -Arrestadles -ordenó. Pero mis dedos enseguida se hicieron con el arma que tenía en la parte baja de la espalda. Le apunté justo cuando él se daba la vuelta, importándome una soberana mierda que ahora me estuv
4. Desafio by MariaCamilaGarzonBar
4. Desafio
MariaCamilaGarzonBar
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No podía ser un buen hombre si me gustaba la mafia.Esos principios contradecían las normas tácitas de la moralidad y me convertían en la clase de persona que suponía un conflicto para el mundo. Pero, aun siendo conocedor de la diferencia entre el bien y el mal, el espacio entre el adolescente que había sido y el hombre en quien me había convertido nunca me pareció tan extraordinario.Probablemente debería haberlo lamentado, pero entonces hubiera sido un puto mentiroso. No, ya no era un simple crío de dieciocho años. Era el tipo que cualquiera temería. El mismo que deseaba ser desde que tenía uso de razón y que jamás creí que sería; al menos no tan joven, ni precisamente por aquellas razones. Nunca quise tener que administrar mis emociones para poder encontrar el modo de prolongar mi vida y la de alguien a quien amaba. Nunca quise morir y mucho menos tener que hacerlo para satisfacer las turbias necesidades de un megalómano. Me había resistido tanto a esa alternativa que aún notaba la rebeldía. Pero también entendí condenadamente bien la situación, e incluso disfruté del proceso. Algo que me convirtió en una especie de ángel de la muerte. Nadie sabía que existía, nadie sabía a qué amenaza se enfrentaba. Por lo tanto, era incluso más poderoso de lo que imaginaba. Invencible... porque los muertos no pueden volver a morir. Daba igual las vueltas que diera o mis esfuerzos por evitarlo. Tarde o temprano sería lo que ahora soy: el maldito señor de la mafia en Italia. Solo que nadie lo sabía, y para cuando lo supieran, sería demasiado tarde para erradicarlo. Solté una sonrisa retorcida. Me fascinaba saber que mi supremacía era tan absoluta y que, después de todo, Angelo era solo un maldito peón sobre un tablero de ajedrez. Mi marioneta.
3. Colapso by MariaCamilaGarzonBar
3. Colapso
MariaCamilaGarzonBar
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Kathia Cristianno... ¿Me oyes, mi amor? Silencio, denso y profundo. Y frío. Intenso, duro, atravesando cruelmente mis huesos hasta hacerlos crujir. Un frío que dolía, y que no me importaba sentir. ¿Estás ahí? La corriente nocturna entró en el panteón Gabbana dándome la sensación de que alguien caminaba a mi alrededor. Quise creer que cada movimiento eran pasos similares al de unos pies calzados avanzando con pereza. Sabía que era el viento, pero dejé que mi mente fuera más allá imaginando que su presencia acababa de irrumpir allí. Idea que cobró más fuerza cuando los velones que iluminaban el lugar titilaron apunto de apagarse. Por un momento mi sombra cubrió toda la piedra del sarcófago en un extraño y siniestro abrazo. No me moví, no levanté la mirada de su nombre y tampoco dejé de acariciarlo, letra por letra. Me mantuve impertérrita rogando que aquella ráfaga fuera realmente su alma que, tal vez, venía a llevarme con él... Cerré los ojos, apretando fuerte. No deberías estar muerto...
2. Traición by MariaCamilaGarzonBar
2. Traición
MariaCamilaGarzonBar
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Kathia Reconocí la letra al mismo tiempo en que le sentía tras de mí. Mírame. Estoy aquí. Me di la vuelta ansiosa por verle. Cristianno esperaba entre las sombras de un rincón alejado de la entrada al cenador, enloquecedoramente atractivo. Con el gesto cabizbajo, intensificando el bellísimo resplandor de sus ojos y vigorizando su figura. Contuve el aliento, sintiendo la urgencia de besarle allí mismo y enmendar los errores que cometí aquella mañana. Pero solo fui capaz de llevarme una mano a la boca y olvidar el control sobre una lágrima que resbaló por mi mejilla. -¿Cómo has sabido que vendría aquí? -pregunté sin apenas voz, más concentrada en él que en la posibilidad de que le descubrieran. -Te he seguido -resolló. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba caminando hacia él sin voluntad sobre mí misma, atraída completamente por la incuestionable seducción que desprendía. -¿Cuándo tiempo llevas aquí? -jadeé. Cristianno entrecerró los ojos y torció el gesto lentamente. -He llegado a tiempo de ver como Valentino te besaba -aludió, ignorando que me dejaría desolada. Tanto que no pude seguir manteniendo su mirada. Agaché la cabeza, tocándome las manos con nerviosismo y buscando desesperadamente una forma de demostrarle todo lo que se paseaba por mi mente. Él merecía una explicación, ambos necesitábamos que yo le contara lo que sentía. Eso era lo que me había pedido en el probador y lo que yo no supe darle. -Cristianno, yo... nada de esto... -tartamudeé cabizbaja. -Cállate... -gimió colocando un dedo sobre mis labios. Me estremeció el contacto y él supo reconocer que era porque acaba de tocarme-. No hace falta que digas nada. Se acercó a mi boca, creando un suspense terriblemente excitante que me hizo cerrar los ojos un instante. No debería haberme impresionado tanto, porque Cristianno solía ser así de provocativo, pero había algo más tras aquellos gestos. Lo noté en el calor que desprendía.