Ya de por si era complicado vivir en este barrio conformado mayormente por familias blancas, mi rostro es el reflejo de la emigración, del vaivén de los pueblos, de una identidad formada por varias; esa es la razón que al no ser blanco anglosajón, soy un intruso speak o Nigger. Crecí en un hogar judío-yoruba, hijo de un padre judío y una madre cubana santera, entre la sinagoga y los toques de santo, entre Olofin y Hashem, entre el Shema y los rezos yoruba. Shalom Obatalá, Ache Adon Olam es una novela critica a las sociedades que rechazan la diversidad cultural religiosa, es un viaje a nuestras raíces y a defender nuestra identidad.