¡No me dejes con ellos, mamá!
No podía creer que mi madre me hubiera dejado con semejantes bestias. ¿Acaso no tenía corazón? ¿Qué clase de madre deja a su hija con una panda de gatas locas y chillonas y con un grupo de chicos con más músculo en los brazos que cerebro en la cabeza? Desde luego una buena madre no hace eso. Por favor, ¡qué alguien m...