"- ¿Por qué no te callas? - Mira Hello Kitty, cuando llegues a mi altura, me mandas callar. - ¿Tu altura? -reí- Por favor, me gusta la mía. - Sí. Las personas como tú llegáis a los mismos lugares sin agacharos que las altas poniéndose de rodillas. - Que te follen. - A eso me refería, más o menos."

Abby prefiere la música. Nate el silencio. Abby es libre. Nate quiere serlo. Abby ha viajado por el mundo. Nate no ha salido de su habitación por un buen tiempo. Abby trabaja. Nate tiene dinero. Abby es niñera. Nate tiene hermanos. Abby es feliz. Nate... es Nate. *NO ESTÁ EDITADO

Cuando tu vecino es un dios griego digno de ser alabado como se merece y deseas desesperadamente hablar con él, no se te ocurre otra cosa que llamar a su puerta y pedirle sal.

Un intruso llegó a mi vida causando problemas y despertando emociones. Por un momento pensé que tener a un chico sexy en casa sería una buena historia para contar, pero eso fue antes de que me diera cuenta de su actitud arrogante. Su prepotencia se notó desde que llegó, y sabía que no estaba de acuerdo de quedarse en éste lugar. La misma noche en que llegaron, le dije a mamá que me incomodaba su presencia. Me inspiraba desconfianza. Ella claramente ignoró mis quejas, mi padre también fue indiferente con mis comentarios.

Lo que sucede es lo único que pudo haber sucedido. No importa cuántas veces se prometa, se seguirá cometiendo los mismos errores y no, no es una decisión propia. ¿Solo la buscaba para hacerla sufrir? Eso creía él, pero el tiempo juzgaría aquello. -Damian, ¿quién es esa Alysa de la que están hablando?- -Ella no es nadie importante-. ¿No significaba nada para él? Sabía que lo más doloroso era que esa persona significaba todo, pero eso no era suficiente. Después de mucho tiempo, había sentido algo de remordimiento. Cuidado con lo que dices porque no sabes quién te puede estar escuchando... No siempre creas en lo primero que escuchas.