celestefreeman
A pesar de su velocidad pudo ver que no llegaría a tiempo, el sujeto que huía se detuvo en seco y apuntó el arma a José, su protegído que se congeló ante la amenaza, un instante y sería su primer falló garrafal, Abizael se movía tan rápido como podía y sabía que no llegaría.
Escuchó el disparo...
José seguía en píe y frente a él un hombre enorme había recibido la bala.
- Eso no me pareció nada agradable.- dijo el gordo que se interpuso entre la bala y José.
Abizael no podía creerlo, no era un hombre, era un caído. Pero ¿de ese tamaño? Nunca había visto a ningún caído tan gordo; de hecho nunca había visto a nadie fuera caído, ángel, humano y creía que pocas vacas eran del mismo tamaño.
No pudo ver su rostro ya que le daba la espalda pero el maleante pudo verlo y la expresión de su cara perdió todo color, en un instante el pánico lo llenó, temblaba y soltó el arma, tras eso cayó al piso vomitando. El caído dio dos pasos hasta él y lo tocó en la frente, dejándolo inconsciente de inmediato.