El hielo también quema
Saque mi cigarrillo de emergencias del bolsillo de la chaqueta tejana. Me puse los auriculares, me senté en una esquina, encendí el cigarro, di una calada, saque el humo lo más lento que pude. En esos momentos me hubiera gustado despertarme, pero ya lo estaba, no quería verle la cara al mundo real, quería estar y no p...