F.E.A.R es la voz de la razón. F.E.A.R es la ley del decoro. F.E.A.R es la voz de tu conciencia. F.E.A.R es la esencia de tu ser. Todos hemos crecido bajo la sombra de los dioses. Nunca lo hicimos de otra manera. Nos protegen, nos ayudan, nos apartan del mundo para que no suframos su terrible y ácida ira. O eso dicen. Y todo sería perfecto, todo sería ideal si no fuese por los Salvajes; esos parias, los llamados abortos del Desierto. De cuya sangre están empapadas las calles de la ciudad. Los animales. Nunca antes me preocupé por ellos; nunca me enseñaron a hacerlo. Hasta hoy. Ha sucedido lo peor que pude imaginar: Mi hermano se ha vuelto uno de ellos.

Con la caída de F.E.A.R. por primera vez nuestras esperanzas por una nueva vida no parecían descabelladas. Pero tal vez nos confiamos al pensar que el fin del miedo sería el comienzo de nuestra libertad; los eventos que están empezando a tener lugar entre las ruinas sobre las que antes se erguía nuestra sociedad, indican todo lo contrario. Quizá fuimos demasiado orgullosos con nuestros actos, quizá nos confiamos demasiado. Quizá nuestra insolencia haya despertado algo más grande, más poderoso y peligroso que la tiranía de los dioses. Quizá hayamos despertado al fin del mundo. *** [Secuela de "Rebeldes: La Historia de los Salvajes" Basado en el álbum "IV" de Black Veil Brides]

Cuando una persona entra en tu vida, es difícil descifrar que hará en ella. Es muy complicado, saber si facilitará las cosas.. O si simplemente las empeorará. Con esto no quiero decir que es malo dejar entrar a una persona, o conocer a una, eso no es manejable. Son simples cosas del destino y la casualidad de la vida. En ese momento nunca esperé cruzarme a Jeff. No tuve la más minima intención. Al menos no de mi parte. Pero durante un período de tiempo, nuestros rostros comenzaron a verse más seguido, sin querer. Sin ninguna intención de querer verle la cara, eso sucedía en mi mente. Poco a poco, un psicópata se estaba adueñando de mi vida. De una manera a la cual yo nunca estuve acostumbrada, nunca.