AMANDA FAIRFAX VIVE EN UNA SOCIEDAD DOMINADA POR LAS MUJERES Durante el deslumbrante baile que marca su debut social, tiene solo unos instantes para tomar una decisiones primordial: Cuál de los muchachos va a ser su siervo personal de por vida, siempre y cuando ninguna rival se le adelante. Cuando suena la campana, Amanda elige a Callum, cautivada por algo excepcional en sus ojos. Pronto descubre que Callum es el primer hombre normal en décadas y que su peculiar siervo no parece estar afectado por la bacteria que ha vuelto sumisos e irracionales a todos los barones. A medida que Amanda se sumerge en el misterio que rodea a Callum, se ve obligada a cuestionar las creencias arraigadas por su educación. Criada en la idea de que los hombres son crueles y violentos, su curiosidad por el sexo opuesto la enfrenta a un dilema: ¿denunciar inmediatamente a Callum o mantener en secreto su condición y explorar más a fondo su conexión con el joven? En esta apasionante historia, el amor se erige como fuerza capaz de desafiar los cimientos de una sociedad que aparenta perfección, llevando a Amanda a cuestionar todo lo que alguna vez creyó saber. Una novela de romance histórico original, cargada de humor y drama, que te cautivará.

Él era el hombre más enigmático que ella había conocido... Ella amaba los misterios. A simple vista parece que no existen dos personas más diferentes, pero una furiosa noche de tormenta demostrará que nadie tiene tanto en común como ellos dos. Emmeline Laughton tenía serios problemas para regirse a las reglas del Londres de 1835, al ser la hermana menor del conde de Welltonshire, eso era un grave problema. Fue enviada a pasar una temporada con su prima Beth, para recorrer los salones de baile en busca del esposo adecuado. Un marido que Emmie no estaba muy ansiosa por conseguir. Joseph Whitemore, el marqués de Thornehill, era raro. Se había vuelto reservado y taciturno, ya no era el joven que Emmie recordaba, lo único que no había cambiado además de su color de cabello y sus bien delineadas facciones, era la extraña rivalidad que tenía con el conde. Emmeline y Joseph guardan secretos del pasado que definen su forma de ser, pero ambos descubrirán que eso que muestran a otros no es más que una armadura, una barrera autoimpuesta para protegerse del dolor que les habían causado. Para dejar caer esas barreras, solo hacía falta una furiosa noche de tormenta.