Quise con los ojos cerrados y a corazón abierto. Al final la operación acabó en desastre. Historia ganadora de la 1ª edición de los Premios WFW en la categoría "Poesía".

Crónicas desordenadas de la primavera en la que recupere mi estómago.

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vérsame por las mañanas cuando estoy adormilada y me puedes hacer creer lo que me mientas. canciones diarias, acompañadas de un pequeño poema. [minúsculas intencionadas. me gustan y punto.]

No todas las historias comienzan en una cálida tarde de verano o en una fría mañana de invierno. Algunas, son entre estaciones. O jamás son contadas, por el simple hecho de transcurrir cuando todos duermen. Y es que las mejores conversaciones siempre ocurren en la madrugada. O sino, que se lo pregunten a Travis y Salem.

Y de repente, una noche empiezas a escribir aquello que siempre has necesitado sacar de ti y nunca has podido. Notas cómo la tinta dibuja las palabras en el folio; cómo los dedos presionan sin querer las letras del teclado en tu ordenador, y aparecen: aparecen microcuentos, micropoemas, microvidas. Y vuelves a sentir de qué manera tu desastre no es tan caótico como siempre porque queda esperanza entre líneas. Leed esto únicamente si vais a sentirlo casi tanto como yo cuando lo escribo. Solo os pido ese favor.

Poemas de una poetisa loca y enamorada sin remedio.

báñate en mis ojos; que se joda el mar.

Esto es caos. Es café derramado, rosas marchitas y versos rotos. Estrofas hundidas en océanos de lágrimas, siempre escritos por la noche. Esto es silencio y vacío. Amaneceres, nostalgia, sabor a ti. Unas cuantas estrellas y un par de cigarrillos consumidos hasta la última calada. Esto soy yo, caos, grietas y desastre. Con siempre sensación de vértigo.