Con sabor a mandarina
Desde hace un año Akira y Akane no paran de discutir. Eran muy buenos amigos, se notaba que se gustaban y de repente comenzaron esas malditas discusiones sin sentido. Akane es terca y cabezota, no quiere creer en el amor, por eso, cuando medio en broma le pidió una cita a Kamui, el chico perfecto, no se esperó la resp...