Jugando con el amor.
-Oh dios mío Hayley, ¿tú creíste que yo estaba enamorado de ti?- preguntó Elliot seriamente. Las frías lágrimas que salían por mis ojos no hacían más que nublarme la vista, y era algo que agradecía, ¿quién querría ver a los ojos de la cruel persona que no hacía más que jugar con tu corazón? Agache la cabeza en señal d...