Cuando los padres de Samantha deciden irse de viaje, no tienen la peor idea que dejarla a cargo de Tyler, su nuevo niñero. Tyler y Sam son el agua el aceite, sin embargo, deberán aprender a lidiar con sus diferencias.

Seth McFare y Jenna Kent no se llevan lo que se puede llamar... bien. Pero un buen golpe del destino hará un cambio de ciento ochenta grados que los involucrará completamente en la vida del otro. ¿Quién diría que un tropezón en las escaleras te podría cambiar la vida de esta manera? Ganadora de Wattys 2015 Portada por Madeline Hernández

La puerta del portal se abre y subo por las escaleras hasta el tercer piso. Timbro en la puerta que hay al lado de una plaquita en la que pone 3B y siento como la abren. -Hola. Venía a ver el apartamento, soy Bella.- digo mirando el felpudo de la puerta en el que hay escrito: Atención: Mi casa, Mi música, Mis normas. -¿Bella?- dice la misma voz masculina que antes. Al escucharla un escalofrío recorre mi cuerpo. Levanto la cabeza y miro al chico. -¿Max?- digo sonriendo. ¿Qué mal he hecho yo en esta vida? Si las personas se dividiesen en dos grupos: las personas que creen en las casualidades y las que no, yo formaría parte de este último. Siempre he pensado que todo lo que pasa en nuestra vida pasa por algo y que cada una de ellas, trae consigo una lección. Mi nombre es Bella, Bella Collins y estoy segura de que ninguno de vosotros entiende este principio, así que os invito a leer mi historia. Todos los derechos reservados. Prohibido el plagio total o parcial y/o adaptaciones.

Alice odie el amor. Logan odia el amor. Pero Logan necesita a Alice si quiere obtener lo que busca, y Alice a pesar de detestar al chico de ojos color vómito, también lo necesita a él. Y así, sin conocerse de nada, comienzan a dejarse llevar por lo que sienten. Pero hay un problema, Logan ya ama a alguien. Y Alice, aunque diga que no, no puede evitar que sus sentimientos hacia el chico que la quiere conquistar desde hace años, crezca. Cuatro corazones, pero solo dos podrán salir ilesos. O tal vez ninguno. Quizás tener un amigo invisible a quién contarle tus secretos, no sea mala idea.

¿nunca te sentiste invisible? todos alguna vez nos sentimos invisibles,pero bueno así es mi vida. creí que no necesitaba que nadie me viera y, como el mundo me ignoraba yo lo ignoraba a él,sin saber que lo que más quería era que me vieran . o mejor dicho, que el me viera (sin editar)