Según la mitología romana, el recolector de momentos es un espíritu que vaga por las calles, buscando a una persona dormida para entrar en sus sueños. Allí se presentará y le pedirá un momento de su vida. Este lo tomará y se lo llevará a algún alma que busque inspiración, a un poeta, a un artista. Así, los soñadores y los poetas generan un vínculo que no comprenden del todo, solo cuando el poeta recibe el momento siente la presencia del soñador y el soñador siente al poeta solo cuando parte de su vida se refleja en las obras del autor. Nunca se conocen realmente, no necesitan hacerlo y nunca había sucedido. Pero, un día, a un poeta le llega un momento que no puede ignorar, a tal punto que buscará por todos los medios a su soñador, un hecho que, hasta el momento, nunca había ocurrido.