No existía cosa que más odiaba en el mundo que ir su único día libre al trabajo, le gustaba mucho menos tener que reunirse con los altos mandos sin saber siquiera la razón. En cuanto entró al lugar todos los soldados se formaron frente a él, sabían cómo aquel hombre podía destruirlos en un momento por lo que siempre estaban listos por si aparecía de improvisto. - ¿ya llegó el Capitán general? - preguntó mientras arreglaba su uniforme. - sí, coronel - dijo uno de los soldados a su cargo. Sin perder más el tiempo se dirigió a la entrada de la sala de conferencias. En cuanto entró se encontró con el Capitán general de pie mirando al exterior como los nuevos reclutas entrenaban. - Capitán- dijo fuerte y claro para llamar su atención. - descanse- soltó con una sonrisa- Katsuki, tiempo sin verte - Capitán, ¿a qué se debe esta reunión? - oh, por Dios- soltó suspirando- deja las formalidades - Bien... Yagi, ¿para qué es esta reunión urgente? Ya con ambiente más calmado el alfa rubio se sentó y miró a coronel más joven que había, un hombre alto, fuerte y sobre todo con actitud de líder. - omegas, van a comenzar esta semana - ¿perdón? - soltó estresado- ¿omegas en las tropas? Eso es absurdo, sus celos, su aroma, todo de ellos distraerá a los hombres y mujeres - si ellos no saben controlarse entonces irán a la cárcel militar- sonrío- es mi decisión que empecemos a meter a soldados omegas a nuestras líneas, son pequeños y audaces - Un incordio si me permite decirlo señor. Yagi rio ante aquello, sabía que Katsuki acababa de divorciarse de su expareja un omega que pareció destrozarle su paciencia. - bueno, la decisión está tomada. Mientras el ambiente seguía incómodo un cabo entró corriendo en busca de ambos. - omegas, hay omegas dentro

Dos chicas de preparatoria preparan un ardid para desenmascarar a un profesor que practica el estupro. Paralelamente, el hermano de una de las chicas afectadas trata de averiguar quién es el profesor y qué ha hecho durante los últimos meses, dudando si asesinar al profesor es justo o no.