En un viaje a Nápoles junto a su mejor amiga, Eileen Dávalos fue secuestrada y puesta en venta frente a varios de los hombres más ricos del mundo. Seiscientos mil euros fue el precio que le pusieron a su libertad. Su comprador, Arnaldo Salvatore, la entregó como regalo a su único sobrino: Dean Wray, un hombre tan atractivo como letal y el heredero de la mafia siciliana, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. Egocéntrico, despiadado y vengativo. No se detendría hasta dar caza al asesino de su familia. A un paso de lograrlo, la ESAF se interpuso en sus planes. Una urgencia imprevista requirió un plan imprevisto. Eso era lo que la chica debía significar para él. Eileen debería odiar todo lo relacionado con ese mundo, no enamorarse del hombre que lo manejaba. «Si quieres ser libre, primero debes ser mía.»

La humanidad había despertado y el mundo tal y como lo conocían se había transformado con el despertar de los primeros cazadores. Dilara Murray es una de ellos. Convertida en una cazadora sin habilidades, es enviada a la única institución dedicada a entrenar cazadores en el país: la escuela Génesis. Durante seis meses deberá permanecer en el lugar en el que los débiles no sobreviven. El profesor a cargo de su grupo es Galen Reinhold, descendiente de una importante familia de cazadores. Tan atractivo como exigente. Cuando Dilara es declarada cazadora sin habilidades, Galen la mantiene bajo estricta vigilancia y ella no sabe si eso le excita o le asusta. Pero ella tiene clara una cosa, odia a su profesor casi tanto como lo desea. Y en Génesis, el deseo es peligroso.