Emma Collins tiene 17 años y está en su último año de instituto. Es una persona muy inteligente,le encanta la literatura, y no suele tener problemas con nadie. Es extrovertida pero no demasiado, no es invisible pero tampoco es popular. Y Owen Henderson, bueno, él es todo lo contrario a Emma. Es un año mayor que ella. También hace su último año de instituto. Es arrogante con todos, menos con las personas que en realidad él quiere, es popular y el más deseado a donde quiera que vaya. No es la clase de chico que tiene novias, solo es un mil amores más, y es el típico chico malo. Sin embargo, tiene su debilidad, y esa es Emma quien no le presta atención y para él es la única chica perfecta que pueda existir, Porque sí. Él ha estado enamorado de ella por un año.

-¿Que es lo que te ocurre?.- le digo dando le una bofetada.- te he dicho que no quiero estar mas contigo, no me busque mas.- le digo saliendo de mi casa. -No me importa.- lo escucho susurrar, mientras sus fuertes brazos me cargan hacia su auto. Su mirada me intimida, esa sonrisa maliciosa y esos fuertes brazos me causan temor, pero lo amo y no quiero separar me de el. -¡¡¡ Que!!!.- le digo mientras me introduce bruscamente en su BMW.- acaso piensas hacer lo aquí, pedazo de patán.-le grito apenas lo veo entrar en el auto y abrir unos cuantos botones de su camisa. -Había considerado un lugar como mi apartamento, pero ya que das una opción mas caliente no me puedo negar.- lo escucho mientras sonríe abiertamente. -Amo, su sonrisa, su olor, su sabor dulce, sus manos grandes deslizarse por mi cuerpo mientras sus labios saborean mi piel.- Que haces suelta me bastardo infeliz.- le digo mientras golpeo por todas partes de su cuerpo. -Acaso nadie te enseñó que los hombres son mas fuertes.