Escribir es mi pasión y despues de un tiempo largo de desesperación tomo medidas para cambiar el rumbo que está tomando mi vida. Nunca pense estar tan lejos de casa, ni las cosas que viviría al estar aquí, todo es diferente y creo que yo tambien estoy por cambiar, púes no sabia que el conocerle moveria mi mundo.

¿Me quiere? ¿No me quiere? A veces observo los pétalos de flor de cerezo caer con ese suave y delicado baile, hermosos... perfectos. Taekwoon y yo somos como dos pétalos de una de esas bonitas flores. Nuestro amor es como esos pétalos, preciosos pero inestables, pues llegado el momento caen una y otra vez, alejándose los unos de los otros, perdiéndose por siempre... hasta que finalmente lleguen a desaparecer.

Enamorar a tu idol por los sueños parecía loco y enfermo, pero eso llevo intentando un par de meses y aun no me resulta... claro está, pero sé que algún día lograre meterme en sus sueños y quedare tan metida en ellos que quien me buscara será el.

-La idea no es completamente mía, muchas cosas las base en un fic que no es mio, pero tengo permiso para usarlo por la escritora original- Sarang no creía en la magia, ni en las cosas sobrenaturales. Ella era una chica normal de 22 años, trabajando de investigadora desde que tiene memoria ayudando a su padre, esperando que algún día le den crédito por su trabajo. Jamás creyó que su primer caso sería tan distinto a todo lo que ella conocía. Tendrá que cuidarse. El amor duele, causa enojo, celos y obsesión. ¿Por qué no me amas? Abre tus ojos. Piensa a quien amas antes de que sea demasiado tarde. Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=BSdZX6dgJhY&feature=youtu.be

¿Por qué a tu lado siento que debo explicarlo todo?- explotó furioso, aquella era una nueva faceta que jamás había visto de Leo, sus mejillas se habían enrojecido así como sus orejas, y sus ojos me miraba frustrado. -Yo no lo sé- le susurré bajando la mirada, jamás me había levantado la voz aquello era otro indicio de que ya no me amaba. -Pues yo si, lo tengo bien presente- avanzó a grandes zancadas lo que nos separaba de la habitación, sujetófuertemente mi barbilla y me obligó a mirarle.- Porque te amo....

Nunca había conocido a un chico como él. No sonreía, no se sorprendía, no se enfadaba, no mostraba miedo. Si le hablabas, él lo máximo que te respondería sería "Ah...". Y tener a un compañero de cuarto el cual parece que no está puede ser muy desquiciante. Sin embargo, sé que yo soy capaz de derretir ese muro de hielo.