No soy tu juego
-¿Ya me dirás por qué estás enojada?- tomó mi mano antes de que pudiera dar la vuelta e irme. -¡No me toques! -grité soltándome- me enoja lo que haces, me enoja que tú te enojarías si yo lo hiciera. Estaba harta. Harta de que fingiera que yo le importaba porque eso me dolía, y en verdad no podía más. Estaba harta de s...