espelalala
Estás triste, tan triste
que la primavera no pasa por tu calle y en tu ventana las persianas, a media asta, guardan luto a tu cuarto al oírte llorar por ese beso que no te despierta cada mañana.
Estás triste, tan triste que te he visto ahogar el llanto en una carcajada y hacerlo naufragar al fondo de una copa y otra copa, con la esperanza de, al día siguiente cuando amanezcas sola, no recordar nada.
Estás triste, tan triste
que te quedas callada y no cantas en la ducha y al salir envuelta en la toalla para cepillarte el pelo no le devuelves la mirada al espejo por miedo a que te grite la verdad a la cara.