Luna Dorada
Mi cuerpo cede, mis rodillas se doblan sin mi consentimiento y me desvanezco. Noto como la persona con la que me he chocado me coge rápidamente. "Menos mal. Lo que me faltaba sería hacerme algo y tener que pedir la baja". Escucho al extraño a lo lejos; "Señorita" "Señorita" repite una y otra vez. "Qué voz tan bonita"...