Se sentía tan ordinario llorándole su soledad a la Luna. Su alma solitaria volaba, al igual que la esfera noctámbula. Pero ésta no era mantenida por la falta de gravedad que había allá afuera, no. Sino, que danzaba por los aires en busca de ella; de la compañera que traería de nuevo su espíritu a su cuerpo. Quien sería la medicina que sanaría alma y el cuerpo del solitario lobo. El alfa no podía más con la añoranza que sentía por dentro. Pero ella llegaría. Lo presentía. Y si ella no llegaba, la antigua maldición se cumpliría. "Cuando las nieves caigan y los vientos soplen en blanco, el lobo solitario de pelaje azabache y ojos escarlata morirá.. pero su manada, sobrevivirá".